“Te busco con la fuerza del futuro” (Gioconda Belli, poeta nicaragüense)

FOTO: DAVID
El otro día fui a ver el documental Esto lo cambia todo de la periodista canadiense Naomi Klein. De entrada nos advierte que no le gustan las imágenes de catástrofes medioambientales, ni aquellas que nos piden proteger a los osos polares. Durante hora y media, esta mujer com-prometida presenta de manera sencilla la lucha entre el capitalismo y el clima del planeta. Nos presenta a nosotros, los seres humanos, como los directos perjudicados por la explotación sin límites de los recursos naturales.

LUISA OLAYA

El planeta no se va a acabar

¡Claro que no se va a acabar! La arrogancia nos hace pensar que estamos destruyendo el planeta. Lo que estamos acabando son las posibilidades de vida humana sobre la tierra y por ende de algunas otras especies. Cuando la acumulación de catástrofes llegue a su tope, la vida surgirá de manera insospechada, la naturaleza encontrará su camino con o sin nosotros.

Por eso, estoy de acuerdo con Naomi Klein. Pensar en salvar a los osos no nos ha servido para frenar nuestras ansias de consumo. Lo que sí nos está pellizcando a muchos, son las catástrofes que se encadenan por todo el planeta: inundaciones, nubes de smog casi eternas en muchas ciudades, derrames de petróleo, olas de calor sin precedentes, sequías, etc.

Cuando las personas afectadas se unen y luchan por su supervivencia, las transformaciones son enormes. Y a eso estamos llamados todos.

Primero, a tomar conciencia que este barco que nos lleva a través del universo, merece nuestro respeto si queremos que nuestra raza siga navegando. Segundo, estamos llamados a unirnos para generar cambios en el pedacito de mundo en el que vivimos. Aquí estamos en Montreal, en Quebec, en Canadá, en 2015.

Todo es posible

Desde el 19 de octubre nos he-mos despertado en otro país. En un país que puede ser moldeado para nuestro beneficio, Mi gloriosa ingenuidad me hace imaginar a los liberales andando suavecito y manejándose bien para no perder otra vez el poder. Permítanme soñar…

La mayoría hemos promovido el cambio y es tiempo de hacer oír mucho más nuestra voz. Ahora que el nuevo gobierno se instala, es hora que nos escuchen. ¿En qué país queremos vivir? ¿Cuál es la herencia ecológica que le queremos dejar a nuestros descendientes?

Los aullidos de la Austeridad de Couillard siguen vigentes. Es el turno de los organismos comunitarios. Muchos centros comunitarios, comités de habitación, grupos de autoayuda para lisiados, defensores de derechos humanos, servicios para los inmigran tes, entre otros, se han pronunciado todo el mes de octubre. En noviembre, casi 200 cerraron sus puertas durante dos días para exigir un aumento de las subvenciones que reciben y el respeto de sus misiones.

Estamos llamados a participar, llamados a utilizar nuestra fuerza comunitaria. En cada barrio hay organismos que trabajan para mejorarnos la vida. Los hay para todos los gustos, necesidades y presupuestos. Si los centros comunitarios nos pudieran hablar o escribir, nos dedicarían un pedacito del poema de Gioconda Belli con el que empiezo esta nota.

Nos dirían:

…en viento me he cambiado,

en brisa, en agua fresca

y azoto, mojo, salto / buscándote en el tiempo

de un futuro que tiene / la fuerza de tu fuerza.