¿Más o menos inmigrantes en Quebec?

“Cada año, se estima que 15.000 de los inmigrantes acogidos por Quebec emigran a otras provincias”, señala Andrés Fontecilla de QS. FOTO: FELIPE CORREA GALLARDO

Fernando Garabito

Si bien 80 % de los canadienses considera que la inmigración es positiva para la economía, los enfoques con respecto a la estrategia a seguir y sobre todo cuánto es mucho y cuánto es poco en temas de inmigración distan de generar un consenso.

El Instituto de Estadísticas de Quebec es categórico: si Quebec pretende conservar su peso demográfico y contrarrestar el impacto económico del envejecimiento de su población, debe elevar el número de inmigrantes por año a 60.000 (actualmente es de alrededor de 50.000).

Pero más allá de los números, cuando se trata de inmigración, existen en Quebec temas subyacentes que encienden el debate.

Los liberales piden más, los soberanistas son más cautos

Es una constante en la política quebequense. Cuando el Partido Liberal ha estado en el poder, las cuotas de inmigrantes aumentan. Ocurrió en los gobiernos de Robert Bourassa, en el de Jean Charest y también era, al menos hasta este año, la tendencia que favorecía apasionadamente el gobierno de Philippe Couillard. La antítesis siempre estuvo a cargo del PQ, al que últimamente se le ha sumado la Coalición Avenir Quebec (CAQ).

Ya sea por cuestiones de identidad nacional, de la protección de la lengua francesa, de equilibrios de poder, o derechamente por fines electoralistas, los pequistas (PQ), caquistas (CAQ) y solidarios (QS) tienden a ser más cautos a la hora de revisar al alza el flujo de
“neoquebequenses”.

Y es que es sabido que los inmigrantes, en general, no son terreno fértil para quienes aspiran a un Quebec soberano.

Andrés Fontecilla no esconde esta realidad. “Antes que todo, el inmigrante en general llega a Canadá, a un país desarrollado que es conocido en el mundo entero. No se le puede pedir que recién llegando tenga un conocimiento acabado de la historia política del Quebec. Al emigrar, la mayoría busca primordialmente una mejora en su calidad de vida”, afirma el portavoz de Quebec Solidaire (QS).

Sin embargo, para el político de origen chileno, la cuestión de la inmigración debe ser abordada desde un punto de vista demográfico y socioeconómico, y no de uno partidista.

Tema candente de la política quebequense

“O nos ponemos a hacer más bebés o hacemos venir más inmigrantes. La situación actual es tal que no nos queda otra alternativa que atraer más inmigrantes”, apremiaba el primer ministro de Quebec Philippe Couillard en el último congreso del PLQ. Finalmente, Couillard optó por un enfoque más gradual y la política de su gobierno sobre la inmigración 2017-2019 establece que los inmigrantes no sobrepasarán los 54.500 en 2019.

La CAQ ha manifestado que un gobierno de su agrupación política reduciría el número de inmigrantes recibidos por Quebec a 40.000 al año, agregando que se mantendría el presupuesto actual para mejorar sustancialmente un aspecto en el concuerdan tanto la CAQ como el PQ y QS: Quebec no está acogiendo a los inmigrantes de manera apropiada.

“No podemos recibir a gente si no se les puede asegurar un nivel de vida que corresponda a los niveles canadienses”, asegura Andrés Fontecilla. Si bien el portavoz de Quebec Solidario (QS) aclara que su agrupación no propone disminuir el número de inmigrantes sino mantenerlo, reconoce que hay una obsesión por la cantidad de inmigrantes que se recibe cada año y no se presta atención a los servicios que estos reciben ni a su integración. “Cada año, se estima que 15.000 de los inmigrantes acogidos por Quebec emigran a otras provincias”, destaca.

Con respecto a esto último, las cifras son elocuentes: la tasa de desempleo en 2015 entre los inmigrantes recientes de Montreal era de 18,4% comparado con 7,5% para los nativos de esta ciudad. Igualmente, según el presidente de la CAQ François Legault, 4 de cada 10 nuevos inmigrantes llegados en 2014 no hablaban francés, y de esos 4, 3 inmigrantes no han seguido ningún curso de francés.

La ministra quebequense de la Inmigración, Kathleen Weil, argumenta por su parte que la proporción de inmigrantes capaces de expresarse en francés se ha duplicado en 20 años. La nueva política gubernamental en la materia incluye un sistema de selección más riguroso, que privilegie inmigrantes que dominen el francés, mejore el reconocimiento de competencias, y permita así que los inmigrantes encuentren un empleo de acuerdo a sus expectativas y más rápidamente. Del mismo modo, con $140 millones al año, “nunca se habrá invertido tanto en la enseñanza del francés a los inmigrantes”, afirma la ministra Weil.

La inmigración ha sido históricamente la materia prima de los habitantes de este gran país. Y si bien el flujo migratorio hacia Canadá no cesará, los términos en los que se presenta la inmigración y las estrategias dedicadas a este tema están destinados a seguir siendo objeto de debate.