Adaptación, inmigración y trabajo

Pulso conversó con latinoamericanos para conocer su situación laboral.

La vinculación al mercado laboral sigue siendo una de las mayores preocupaciones de todo inmigrante. Una vez que se ha accedido a un trabajo, calificado o no, acorde o no al nivel profesional y de estudios del inmigrante, ¿cómo es esa experiencia en comparación a la de nuestros países de origen? 

TEXTO Y FOTOS GERARDO FERRO 

El problema de la sobrecalificación laboral sigue siendo una de las principales dificultades. Este aspecto es el primero que resalta la mexicana Pilar González.

“Es muy difícil siendo inmigrante, y mucho más si eres profesora como en mi caso. Uno puede conseguir otros empleos pero no es lo que estudiaste, no es tu formación”.

Pilar tiene seis años en Montreal; en Hidalgo, su ciudad natal, era profesora de secundaria, pero desde su llegada a Canadá trabaja en un «entrepôt».

Sin embargo, Pilar dice no haber estudiado aquí nada relacionado con su antigua profesión, pues considera demasiado complejo poder ejercerla. Actualmente está a punto de iniciar un certificado para formarse como secretaria. “Es que uno se adapta”, dice con algo de resignación, “encuentra las maneras de adaptarse al nuevo medio”.

Trabajos técnicos 

Exactamente lo opuesto sucede cuando se trata de oficios de tipo técnico.

Es el caso de Roberto Pérez, también mexicano y con más de 20 años de experiencia como carnicero. En Monterrey, Roberto empezó a ejercer el oficio de carnicero desde muy joven. Agobiado por la situación de violencia que se vivía en su ciudad, convertida por los carteles en enclave fronterizo para el paso de drogas y armas entre Estados Unidos y México, Roberto decidió inmigrar con su familia a Canadá. En Montreal vive desde hace 3 años, y a los seis meses de haber llegado ya tenía empleo en el restaurante y mercado Sabor Latino.

Para Roberto el cambio ha sido absolutamente positivo. Mejor salario, mejores condiciones laborales, horarios más justos, sin mencionar el tema de la seguridad, son sólo algunas de las razones que esgrime Roberto para estar mucho más contento aquí que allá en cuanto a su situación laboral. Aunque habla poco francés y nada de inglés, Roberto se considera “adaptado” a su nueva vida. Sus hijos están a punto de entrar al CÉGEP y ya dominan la nueva lengua. “Yo sigo estudiando el idioma, me cuesta un poco, pero ahí vamos”.

Roberto Pérez 2

“Yo sigo estudiando el idioma, me cuesta un poco, pero ahí vamos”, dice Roberto Pérez.

“Sí se puede” 

Sin embargo, aunque hay muchos casos como los de Pilar en donde el profesional debe buscar otros horizontes laborales, hay también muchos otros casos en lo que la adaptación al mercado laboral ha sido posible ejerciendo las profesiones de origen.

El de Iván Ortega es uno de esos tantos casos. Colombiano de origen e Ingeniero Industrial de profesión, luego de más de ocho años de inmigración, Iván es actualmente Agente de Gestión de Recursos Financieros y Materiales de la Ville de Montreal, un cargo en el sector público donde ha podido ejercer su profesión, a diferencia de su país de origen donde trabajó en otros frentes.

Sin duda, no fue nada fácil. También él debió realizar múltiples oficios no calificados, pero paralelamente estudiaba un certificado en su profesión que le permitió ir adaptándose. “El estudio es muy importante”, asegura, “te ayuda a darte confianza con el idioma y a conocer cómo se maneja tu profesión aquí”.

Precisamente durante sus estudios conoció a alguien que lo recomendó para un trabajo en la Ville, donde inició desde el escalafón más bajo en la bodega, pero donde fue creciendo hasta el cargo que actualmente ocupa. Su nueva situación laboral, en comparación con Colombia, ha sido mucho mejor, y el proceso de adaptación muy positivo. Iván encontró un buen ambiente de trabajo, un mayor respeto por los horarios, una cultura estricta respecto al pago, además de comprensión y ayuda de sus compañeros en el tema del idioma.

Mente abierta al cambio 

A pesar de todo, Iván es consciente que existen profesiones más complejas que otras a la hora de procurar un desarrollo laboral. “Por eso venir con la mente abierta para el cambio también es válido. Es que la inmigración completa, no sólo el tema del trabajo, es una adaptación, y la adaptación no tiene por qué significar rebajar tus expectativas, es un paso para lograr lo que buscas”. Con todo esto, Iván lo tiene muy claro: “por la parte laboral yo no me regreso nunca, así me ofrezcan trabajo allá, no me voy”.


Las cifras

Trabajadores latinoamericanos 

FOTO: GUGLIELMO CELATA

FOTO: GUGLIELMO CELATA

GERARDO FERRO

Estudios recientes, como el efectuado por el MIDI (Ministerio de la Inmigración, de la Diversidad y de la Inclusión) en 2012, demuestran que el nivel de escolaridad de los trabajadores latinoamericanos calificados en Quebec, sobrepasa significativamente las competencias exigidas por el puesto que estos ocupan.

En 2006, en Quebec, 60% de los trabajadores latinoamericanos con estudios universitarios ocupaba un puesto que requería baja escolaridad, lo que contrasta con sólo un 27% de los inmigrantes provenientes de Estados Unidos y el mismo porcentaje para aquellos deEuropa occidental y septentrional. En 2012, 55.3% de los inmigrantes latinoamericanos en Quebec titulares de un diploma universitario, estaban sobrecalificados para el empleo ocupado.