¿Cómo afecta la emigración en la tercera edad?

La psicóloga Doris Contreras recomienda desarrollar actividades en conjunto con la familia para que los adultos mayores mantengan la mente ocupada. | FOTO: MARIA DEL CARMEN KLUNDT
La emigración no solo es un acto de gente joven. Actualmente, son cada vez más la personas de la tercera edad que deciden mudarse siguiendo a sus hijos o simplemente buscando la tranquilidad que no consiguen en sus propios países. Pero, los cambios que conlleva esta decisión pueden generar estrés, depresión y afectar la salud.

HAYDEÉ CAMPOS G.

Los adultos mayores también sufren los cambios que genera la emigración. El sentimiento de pérdida se vive en mayor intensidad en ellos, ya que se sienten más anclados a la cultura, a la familia, a su entorno que por muchos años los han acompañado.

Es por eso que estos cambios pueden repercutir negativamente en ellos si les genera tristeza, estrés y depresión sin recibir la ayuda respectiva. Ellos también sienten la necesidad de buscar otras oportunidades que consideran que sus países no tienen, pero es importante que tomen medidas antes para evitar que esta búsqueda se convierta en una pesadilla después y que pueda poner en peligro la salud.

Sobre este tema, conversamos con la psicóloga Doris Contreras, quien nos explicó que es inevitable que las personas pasemos por un periodo de adaptación que traiga consigo sentimientos de tristeza por todo lo que se ha dejado atrás. Lo importante es que esto no sobrepase el límite de lo “normal” y se transforme en depresión que pueda poner en peligro la salud de cualquier persona sea niño, adolescente o adulto mayor. El riesgo en la tercera edad es más elevado porque se puede complicar su salud rápidamente y por, ende, sus familiares deben estar atentos a esta situación. Así como en los niños, se debe trabajar incluso desde antes de emigrar para que el cambio no sea tan extremo.

“Los adultos mayores tienden a ser más apegados a sus raíces y al lugar donde vivieron gran parte de su vida. Es normal que pasen por etapas de pena y tristeza y más si se emigra a un país culturalmente distinto al suyo”, asegura Doris Contreras.

La psicóloga recomienda que los adultos mayores realicen las rutinas que solían tener antes de emigrar. Se pueden desarro- llar actividades en conjunto con la familia para que estas personas mantengan la mente ocupada. Aprovechar las tempora- das de calor para salir a dar caminatas, conversar con ellos mucho y hacerlos sentir que son importantes. Lo ideal es contar con el apoyo de un especialista dependiendo del caso para que la adaptación no se convierta en algo perjudicial para ellos.