Quebec: solidaridad es la palabra

Alexandre Bissonnette, autor de la matanza de seis mulsulmanes en una mezquita de Quebec.

RODRIGO ORTEGA

La palabra solidaridad es la que más ha sonado por estos días luego del atentado que costara la vida a 6 personas y dejara herida a otras 16 en una mezquita de Quebec. Alexandre Bissonnette, un quebequense de 27 años, disparó a quemarropa, el pasado 29 de enero, asesinando a estas personas.

Las reacciones al dramático hecho han sido transversales condenando el atentado. Desde los primeros ministros de Canadá y Quebec, pasando por una infinidad de organizaciones sociales y humanitarias, se ha manifestado repudio al tiroteo que costara la vida a las seis personas que se encontraban orando en la mezquita. La unánime condena al atentado dejó de manifiesto que en Quebec este tipo de hechos recibe un rechazo multitudinario de la población. Al día siguiente del atentado, miles de personas salieron a marchar por las calles de Montreal y Quebec en un gesto de solidaridad con las familias de las víctimas y en repudio a este hecho calificado como de racista y xenófobo.

Al tiempo que innumerables voces se han alzado para manifestar un enérgico rechazo al atentado, analistas coinciden en que algunos medios de comunicación, especialmente las emisoras conocidas como “radios basureros”, han contribuido a generar un clima de racismo y xenofobia en la población. A la cabeza de estos medios de comunicación se encuentran animadores polemistas que no escatiman esfuerzos en crear un clima de intolerancia no solo hacia los inmigrantes sino también hacias mujeres, sindicatos y comunidades indígenas. En otras palabras, se trata de radios que tienden un manto de desprecio en sectores considerados como vulnerables en la sociedad quebequense.

Cabe destacar que dentro de las innumerables muestras de repudio hacia esos medios de comunicación, destacó la posición del alcalde de Quebec, Regis Lébaume, quien en una alocución apuntó directamente a las “radios basureros”, señalando que “los animadores de esas emisoras se han enriquecido fomentando el odio”. Su declaración coincide con la opinión de miles de quebequenses que rechazan profundamente las manifestaciones de odio racial u otro tipo de discriminación.

La declaración del alcalde de Quebec deja planear la posibilidad de realizar actos concretos ya sea para condenar legalmente a las “radios basureros” o derechamente promover y ejecutar el cierre de las mismas.