¿Y para qué queremos radio comunitaria?

Javiera Araya

El Auditorio, el café de Radio Centre-Ville (102.3 FM), se ha convertido estos últimos meses en el lugar en el que escribo notas como esta. Allí me tomo un café antes de participar en el programa que hacemos hace ya más de cuatro años con un grupo de otros voluntarios y voluntarias de la radio, y conversamos con quien ande por ahí. Sobre lo de siempre: nuestras vidas, claro, lo que pasa en nuestros países y a nivel internacional, también, y sobre lo que estén haciendo las diferentes organizaciones en las que participamos, la mayor parte del tiempo. ¿Cuándo es la próxima manifestación por la justicia migrante? ¿Cuándo es la próxima charla sobre la devastación producida por las empresas mineras canadienses en América latina? ¿Cómo podemos luchar contra la discriminación y el racismo en Montreal? ¿Cuáles son las últimas películas o documentales que nos permiten aprender más sobre las injusticias que queremos cambiar? Son algunas de las preguntas sobre cuyas respuestas reflexionamos y debatimos tanto en el café como en nuestros programas de radio, ¡muchas veces interminablemente!

Aprecio muchísimo esos momentos. En el contexto de un mundo donde la mayor parte de nuestras relaciones se estructuran a partir de la lógica del consumo y la compra de mercancías, organizarse colectivamente a partir de criterios como la solidaridad y la justicia – y no del dinero – se ha vuelto la excepción. Y a pesar de que es imperfecto y de que continuamos luchando cada día contra diversas formas de opresión, la radio es un espacio de excepción que nos permite a todos y a todas quienes somos parte de ella conversar sobre cuestiones que nos afectan colectivamente. En ella podemos, además, transmitir sobre lo que viven quienes tienen menos posibilidades de ser escuchados, tal y como lo describe el mandato de la radio. A veces nuestro manejo de la mesa de control de audio falla y se nos pasan unos segundos de silencio o de extraña superposición de sonidos, y a veces tenemos que buscar formas creativas para resolver problemas técnicos que aparecen durante nuestra transmisión. Así aprendemos: la calidad de nuestros programas no se mide en precisión técnica, sino que en contribución a la justicia social.

De la misma manera en que las miles de personas votando por su pareja favorita en Occupation double no hacen de TVA un canal de televisión comunitario, que los y las auditoras puedan llamar para participar en algunos programas de Radio Centre-Ville no es lo que hace de esta una radio comunitaria. Por el contrario, es más bien la posibilidad de tratarnos los unos a los otros como pares involucrados en un mismo proyecto colectivo lo que hace de Radio Centre-Ville una radio comunitaria.

Actualmente, esta radio vive una lucha interna en la que dos visiones completamente distintas de lo que significa lo comunitario se enfrentan día a día. Escúchela en cualquiera de las lenguas en las que transmite (incluido el español): quizás sea testigo de la colonización por parte del dinero de otro medio de comunicación más, o quizás escuche en vivo cómo muchas compañeras y compañeros seguimos luchando para poder seguir tratándonos como pares, y no como vendedores y clientes.