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El impostor

Javier Cercas

Penguin Random House 2014

 

 

FRANCISCO HERMOSÍN

Al decir de Torrente Ballester, “el hombre es un animal que miente”. Sin embargo, ¿cuál es la naturaleza mentira?; ¿que induce al ser humano a convertirse en víctima de una trampa de la que, tarde o temprano, le será imposible escapar? A esto es a lo que Javier Cercas trata de dar respuesta al practicar la autopsia de una de las más sonadas imposturas de los últimos años, la de Enric Marco, un supuesto republicano español, fingido resistente antifranquista, y no menos falso sobreviviente de los campos de concentración nazi que, tras la restauración de la democracia en España, se convirtió en un destacado activista sindical y en una de las figuras de lo que se ha dado en denominar Proceso de Recuperación de la Memoria Histórica.

Hasta ser desenmascarado en mayo de 2005, pocos días antes de la conmemoración del 60 aniversario de la liberación del campo de Mauthausen, a la cual tenía previsto acudir en representación de los sobrevivientes españoles de la deportación, Enric Marco pasaba por ser un compendio de las más nobles virtudes, un ejemplo a seguir en lo que a estatura moral se refiere, un Quijote que siempre se mantuvo firme ante las amenazadoras aspas de molino de los tiempos que le tocó vivir. Tiempos estos, por otro lado, sin cuya turbulencia y confusión difícilmente hubiera podido elaborar, con la extrema paciencia y la habilidad de un artista, toda esa fabulosa épica personal gracias a la cual lograr satisfacer su patológica necesidad de reconocimiento.

Duelo dialéctico de alto voltaje

Fiel a un estilo que le es propio, Javier Cercas se afana una vez más, en El impostor, en ese difícil y arriesgado ejercicio que consiste en difuminar las fronteras naturales que delimitan la ficción y la realidad. Paradójicamente, sin embargo, en esta ocasión es al escritor a quien corresponde penetrar, valiéndose de su más sofisticada artillería argumental, hasta el reservorio de pequeñas verdades que supone se esconde tras el espeso blindaje de fabulación que constituye la fingida biografía de su personaje, Enric Marco. El resultado es un duelo dialéctico de alto voltaje, no exento de dilema moral, en el que se pone de manifiesto que tanto la verdad más sagrada, como la más ominosa de las mentiras, pueden coexistir en cada uno de nosotros convirtiéndonos en seres opacos cuyo misterio es mejor no desvelar, pues si la realidad puede llegar a aniquilarnos, la ficción no siempre nos logrará salvar.