Carmen Ruiz: Al ritmo de la Gypsy Cumbia Orchestra

Carmen Ruiz nació en la Ciudad de Cali, Colombia. Realizó estudios de literatura y sociología en la Universidad del Valle (Cali). Llegó a Montreal en el dos mil a la edad de veinte años. Cursó estudios en la Universidad de Concordia, obteniendo la licenciatura de Estudios Hispánicos y Danza contemporánea (orientación creación). FOTO: LEGADOS.COM

GUILLERMO GLUJOVSKY

A pesar de que en su Cali natal bailaba en la compañía de la universidad, la danza como profesión y medio de vida fue un descubrimiento que surgió al llegar a Montreal. “En Montreal encontré un espacio de libertad – explica Carmen Ruiz-, una opción para hacer lo que quería y que en Colombia no encontraba”.

Mientras cursaba sus estudios universitarios, dio cursos de español y trabajó en la Escuela de bailes latinoamericanos “Saint Tropez” durante tres años. Reconoce que su verdadero reencuentro con su pasado colombiano ocurre al ingresar posteriormente a la compañía de danzas “Raíces de Colombia”.

El clima de libertad, sus estudios y su experiencia en el terreno del baile le permitieron percibir en el ambiente artístico de Montreal estereotipos del hombre y la mujer latina, prejuicios que Carmen decidiría combatir a lo largo de su carrera.

Con el objetivo de revalorizar el legado cultural latinoamericano, inicia una nueva etapa en su vida profesional: luego de la exhibición durante los años 2008 al 2012 del colectivo de arte y pedagogía popular “La salsa descalza”,  junto a Sebastián Mejía, funda el organismo sin fines de lucro GIROVAGO. GIROVAGO tiene como metas la creación de espacios a través del movimiento, la transmisión de la cultura, la historia y la lengua latinoamericana.

 

En este nuevo rol de creadora y productora representa uno de los espectáculos que más visibilidad e impacto ha desarrollado hasta el día de hoy: La Gypsy Cumbia Orchestra (un show donde se mezclan ritmos tradicionales de Colombia con el folklore de Europa del este). A través de Girovago también apoya otros proyectos como el Bal danzante en familia y al organismo LEGADOS.  

En forma paralela a lo realizado en Girovago, realizó dos unipersonales (Al límite y A hole in the fence       – este último presentado en la ciudad de Calgary, Nueva York y México), y un dúo (Trazos); los temas tratados en las obras mencionadas giran en torno a la violencia, el romance y la inmigración ilegal.

Al preguntarle a Carmen qué opina sobre la situación actual de los artistas inmigrantes latinoamericanos, reconoce que, si bien existen en Montreal muchos talentos artísticos, toma mucho tiempo insertarse en el medio.

“La cultura latinoamericana continúa siendo marginada y estereotipada. En el campo de la música, por ejemplo, en muchos concursos se sigue encasillando a nuestra música como ‘música del mundo’, compartiendo cartel con manifestaciones artísticas que no logran comparación entre sí. Los principales desafíos que se presentan en nuestra realidad quebequense es lograr integrar y legitimar el arte de cada uno de nosotros y permanecer en el medio artístico”.