Hada López: Cosechando premios en Quebec

YENSY ORTIZ

Amante de la francofonía, Hada López se ha abierto camino como escritora en suelo canadiense donde ha publicado varias obras, entre ellas: Pedro Libertad. Una novela de tres tomos en la que se aborda el conflicto armado en El Salvador y el periodo de posguerra. Obra que le permitió ganar el premio Cécile-Gagnon otorgado por la Asociación de escritores quebequenses para la juventud.

Con su historia Domingo, un homenaje rendido a su padre, también ha sido finalista tanto del premio literario 2010 de Radio Canadá como del premio literario 2013 de la Universidad Napoli, en Italia. Documento que ha sido traducido al Italiano y publicado en una antología que reúne los textos ganadores.

Recientemente, la escritora ha sido finalista del premio Charles-Biddle 2017. Un reconocimiento que el Ministerio de la Inmigración, la Diversidad y la Inclusión junto a Culture pour tous confiere, desde hace 6 años, a un inmigrante que ha destacado por su aporte al desarrollo cultural y artístico de Quebec.

Su padre fue maestro y su madre era una poeta aficionada. ¿Es de ellos que surge su amor por la escritura?

Sí, fue mi papá el que me permitió estar en inmersión con las palabras y con el gusto de aprender desde chiquitita y también surge de ver a mi madre escribir. De los cuatro hermanos yo era la única que le preguntaba: “¿puedo leer lo que estás escribiendo?” y todo eso contribuyó que me quedara el interés por la escritura, pero nunca pensé que un día llegaría a ser publicada en otro idioma.

Cuéntenos qué estudió en El Salvador y cómo emigró a Canadá.

En El Salvador estuve estudiando hasta el primer año de arquitectura pero debido a la guerra, por seguridad, mis papás nos enviaron al extranjero. Yo estudie en Guanajuato, México y terminé ahí mi licenciatura en arquitectura. Cuando llegué acá tuve que hacer los procesos de integración al mercado de trabajo, presenté los exámenes a la orden de arquitectos para integrarme como tal. Luego, por la crisis económica en Quebec, perdí mi trabajo en una compañía de arquitectos, decidí quedarme con mi familia un tiempo y luego monté una empresa de distribución de material pedagógico y lúdico para guarderías y sistemas de mediació cultural, tuve entre los clientes al Museo de Bellas Artes de Quebec. Terminé con eso y luego tuve una experiencia de trabajo en una red de bibliotecas municipales y fue cuando empecé mi aventura con la escritura en 2007.

¿Qué ha significado para Hada López ser finalista del premio Charles-Biddle 2017? Un logro que no muchos latinos han obtenido.

Ha sido un gran honor, es muy emotivo haber sido reconocida por mi trabajo, porque el francés no es mi lengua materna. Porque llegué sin saber hablarlo, sin leerlo ni escribirlo. Es un reconocimiento al esfuerzo que todo latino hace al llegar a esta sociedad y a cualquier otra a la que tengamos que irnos. Yo llegué refugiada por la guerra civil en El Salvador. Durante la ceremonia de premiación mis pensamientos estaban dirigidos hacia todos mis compatriotas y a todos aquellos inmigrantes que han tenido que huir por violencia de guerra o de otro tipo.

¿Cómo surge su novela Pedro Libertad? ¿Por qué ese nombre?

Hice un primer manuscrito, mi intención inicial era escribir para niños de 8 a 10 años. Lo envié a varios editores. Uno me dijo que lo quería tal cual y el otro que le gustaría que lo hiciera para niños más grandes. Y fue así como empezó mi aventura de escribir para los adolescentes. Pero todo empezó por un chispazo, por un recuerdo de lo que fue mi llegada a Quebec y el contacto con los niños donde trabajaba como educadora.

Pedro es el nombre de uno de mis abuelos y Libertad porque era uno de los lugares que visitábamos con la familia en el mar, de ahí salió el nombre. Después me di cuenta que libertad tiene la connotación de libertad de hablar de decir lo que uno piensa, de expresarse de manera artística, todo eso que con la represión no se podía vivir. Pero el origen inicial era muy personal.

Son personajes ficticios. Pedro me sirve de portavoz para contar los acontecimiento de mi país, pero hay muchas opiniones que soy yo realmente que está hablando a través de su boca, no es la historia de mi familia. El carnet que él lee en el segundo volumen son historias de personas que me han sido contadas por salvadoreños que vivieron esos acontecimientos.

Supe que hizo un viaje a El Salvador poco antes de publicar la conclusión de la trilogía de Pedro Libertad, después de 28 años de exilio. ¿Cuál fue su experiencia al estar lejos y volver a encontrarse con El Salvador?

Fui en 2010 para escribir el último libro. Lo primero que me impresionó fue que ya no habían soldados con metralletas y tanques en la calle. Uno podía vivir una vida más o menos normal sin la presión militar. Que se podía ver colores de dos o tres partidos políticos completamente opuestos, cosa que era imposible antes. Fue menos doloroso de lo que yo pensé, volví a caer en amor con mi país. Nunca había dejado de amarlo pero fue como si hubiera hecho la paz con el pasado.

Sabemos que fue finalista tanto en el concurso de literatura de Radio Canada 2010 como el premio Napoli 2013 con su relato Domingo, cuéntenos de qué trata?

Domingo es el homenaje a mi papá, porque mi papá era profesor y fue asesinado por su humanismo, porque él ayudaba a todo el mundo poco importaba la opinión política o tendencia o de qué medio social viniera. Al final eso fue lo que sucedió lo asesinaron y nunca supimos quien fue.

Hablemos del trabajo que efectúa con el Colectivo Ilwit que usted misma ha fundado

Es un colectivo de artistas y de escritores quebequenses para llevar el francés y la cultura quebequense hacia El Salvador y dar a conocer esta parte del norte que no se conoce mucho en América Latina. Hacemos actividades de mediación cultural cada uno en su disciplina, música, pintura, literatura, artes de circo, con el público para despertar la curiosidad para que la gente tenga el gusto de aprender francés.

FACEBOOK: Hada López.- Écrivaine