Montreal: Hora de elecciones

Entrada a la alcaldía de Montreal. FOTO: MARIE SÉBIRE

Marcelo Solervicens

El lunes 5 de noviembre se realizarán en la Isla de Montreal y en más de 1100 municipalidades de todo Quebec la elecciones de alcaldes y concejales. El mundo municipal quebequense se recupera apenas de los escándalos revelados por la Comisión Charbonneau. Las municipalidades concentran mayores responsabilidades de desarrollo local luego que el gobierno Couillard eliminara las instancias de coordinación local (CRE y CEDEC), sin mayor presupuesto. En Montreal, se agregan, además, todos los desafíos de una gran aglomeración urbana cosmopolita, donde hay deficiencia de instancias de participación ciudadana. Vistazo al comienzo de la campaña.

¿Continuidad de Coderre?

El caricaturesco alcalde Denis Coderre fue elegido en 2013, con gobierno minoritario. Ahora busca la mayoría absoluta en el concejo municipal. Podría conseguirlo porque ningún otro candidato tiene su notoriedad, lo que en política municipal canadiense es muy importante, porque los partidos municipales se construyen en torno a personalidades.

Por su pasado, Coderre tiene antenas en Quebec y Ottawa. Obtuvo la ley 121 del 21 de septiembre que otorga el estatus de Metrópolis a Montreal. Con ella, Montreal tiene nuevos medios para sus ambiciones. Entre otras, la de fijar las horas de apertura y cierre de bares y comercios. Puede crear una sociedad paramunicipal para los estacionamientos y recarga de vehículos eléctricos. Puede dotarse de una política de desarrollo económico mediante la distribución de subvenciones o créditos de impuesto a empresas. Puede realizar proyectos comerciales industriales o residenciales sin esperar el visto bueno de Quebec. También puede imponerse a sus asalariados sin la intervención del gobierno provincial, a lo que se oponían los sindicatos.

La principal candidata opositora es Valérie Plante de Projet Montreal que recién se está dando a conocer. Tiene más notoriedad el alcalde del distrito del Plateau, Luc Ferrandez. Por su parte, Coalición Montreal lleva de candidato a Jean Fortier, brazo derecho del ex alcalde Pierre Bourque. Hay otros dos candidatos independientes: Jeremy Searle y Gilbert Thibodeau.

Muchos esperamos que de ganar Coderre, se forme una oposición fuerte. Brian Myles, periodista de Le Devoir, insiste en que los mejores años de Coderre fueron cuando era minoritario en el concejo municipal. Ello le obligó a optar por un enfoque unificador. Consiguió atraer a su equipo a rivales como el ex jefe de Projet Montreal, Richard Bergeron y dos pilares de Vision Montreal: Real Menard y Chantal Rouleau.

Sin verdadera oposición, pueden acumularse proyectos como la mal organizada Formula E, o la renovación sin consulta ni visión del Parque/isla Jean Drapeau, por Evenko.

Un balance a medias tintas

El principal acierto de Coderre fue seguir la recomendación de la Comisión Charbonneau. Nombró inspector general (BIG) a Denis Gallant. Este ha bloqueado una serie de contratos dudosos restableciendo así, en parte, la confianza en la institución municipal. Pero la grave injerencia del alcalde en la SPVM, revelada en la comisión sobre las fuentes de información de periodistas, abre temores de gobernanza.

Coderre logró proyectar la imagen de un alcalde responsable, a diferencia de su predecesor Michel Tremblay. Destacó su firme oposición al paso por Montreal del oleoducto de Energie Est.

Su larga experiencia política le llevó a adoptar medidas simbólicas: La declaración de Montreal, Ciudad Santuario para refugiados, el reconocimiento de la contribución autóctona en la bandera de Montreal, el cambio de nombre de la calle Amherst, la nominación del protector de la niñez, la declaración de Montreal como Ciudad Inteligente. Las expectativas en torno a las celebraciones de los 375 años de Montreal se diluyeron y mostraron poca participación activa ciudadana.

Aunque Coderre ostente logros económicos, crece la pobreza en Montreal. La política hacia los vagabundos parece insuficiente.

Los montrealenses le culpan del caos por falta de planificación y coordinación de los trabajos, luego de decenios de abandono. Los atrasos en el plan de movilidad urbana, incluida la postergación de la línea rosada del metro, de las vías reservadas para buses y limitaciones al uso de los vehículos en libre servicio.

¿Votará Ud. el 5 de noviembre?

El nuevo estatus de Metrópolis puede estimular una nueva etapa para Montreal, que sigue viviendo los complejos efectos del circo de las fusiones y desuniones del  2002 al 2006. Pese a ser la segunda ciudad de Canadá con 1,651.235 habitantes, Montreal no tiene la coherencia de servicios sobre su territorio.

Es así como el 5 de noviembre se elegirá al alcalde de la ciudad de Montreal y 46 concejales, 18 alcaldes y 38 concejales de distritos (los arrondissements). También se elegirán los alcaldes de otras quince ciudades o aldeas independientes: verdaderos enclaves, como Mont-Royal, Westmount; Montreal Oeste y Montreal Este, entre otros.

La complejidad institucional crea pugnas de poder; conflictos entre centralización y descentralización; dificulta la participación política y el apoyo a iniciativas de acción colectiva local por una mejor calidad de vida y solidaridad barrial. La campaña municipal debe responder a esas interrogantes.