Tecnología: ¿Tomarla o dejarla?

FOTO: STÉPHANE LAVOIE

HAYDEÉ CAMPOS

Es un hecho que estamos inmersos en la era tecnológica y nuestros pequeños no están exentos de ello. Pero, ¿es recomendable que niños menores de dos años tengan en su poder un celular o una tablet? La Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría establecen que los bebés de 0 a 2 años no deben tener contacto con ningún dispositivo portátil, ya que puede producir retrasos cognitivos porque el cerebro se encuentra en pleno desarrollo.

Al estar expuestos a tan temprana edad al uso de estos aparatos, los niños hacen poco uso de la imaginación, la atención, la memoria y la concentración. Esto podría perjudicar el desarrollo del aprendizaje que, en algunos casos, requerirá de la experticia de algún especialista. La psicóloga Rocío Vélez explica que “cuando el niño juega recibe una retribución a través del juego entonces eso le da cierta satisfacción. En el fondo será un chico que no va a tener una alta tolerancia a la frustración”. Para Vélez, lo más recomendable es aplazar la entrega de estos dispositivos a nuestros hijos pero, en el caso de dárselos, hay que controlar los tiempos del uso y supervisar lo que están viendo.

Según la UNICEF, los niños entre 8 a 12 años dedican alrededor de seis horas al día a jugar videojuegos, sentarse frente a la computadora, usar los celulares o emplear cualquier equipo tecnológico. El rol de los padres es fundamental para supervisar el tiempo que nuestros hijos pasan sumergidos en el Internet. Según la especialista, “si los chicos no tienen hábitos de estudios y prefieren usar tecnología, claramente, va a perjudicar el rendimiento escolar porque las horas que lo utilizarían para estudiar las destinan a otras cosas. La manera más inteligente es encontrar una alianza entre el uso de tecnologías y las nuevas metodologías que sí aportan en el aprendizaje si se las usan correctamente”.

De acuerdo con la profesora Angélica Bardales, “un error de los padres, aquí en Montreal, es que no encuentran un balance entre estos dispositivos y la vida diaria”.

“No podemos impedir que nuestros hijos utilicen un celular o algún aparato tecnológico porque nosotros también estamos pegados a ellos. Lo más importante es saber lidiar con su uso en nuestras vidas. Muchos padres nos cuentan que tienen problemas con sus pequeños porque no quieren levantarse temprano. Al hablar con ellos descubrimos que el gran problema es que usan el celular en las noches. Eso es como darles dulces y chocolates porque les activan las endorfinas y, obviamente, no querrán dormir. Nosotros somos los que debemos controlar el uso de estos ‘juguetitos’ en la rutina de nuestros pequeños”.

Está claro que lo mejor es adaptarnos a esta nueva era tecnológica imponiendo hábitos y horarios para que estos dispositivos sean un aporte en el aprendizaje de nuestros hijos y no un perjuicio.