“Hablo de la ciudad” (Octavio Paz, escritor mexicano)

Con el aumento de la esperanza de vida, la edad de la jubilación ya no es sinónimo de retirada, sino de nuevo comienzo. | FOTO: ARCHIVO

LUISA OLAYA

Hace muchos años, una señora colombiana me decía desconsolada que aquí en Montreal no había nada que hacer. Que la vida podía ser muy triste durante las navidades porque el invierno nos encierra.

En ese tiempo pensé que la pobre dama estaba mal informada. ¡A mí no me alcanzaba ni el tiempo ni la energía para disfrutar de las actividades gratuitas que se ofrecen por todas partes!

En los zapatos del otro 

Ahora sé que la señora tenía razón. He vivido en carne propia la dificultad de caminar en tiempo soleado y caliente. Ya me imagino con la llegada del invierno, las resbaladas en las aceras y los malabares para saltar los bancos de nieve.

Con el aumento de la esperanza de vida, la edad de la jubilación ya no es sinónimo de retirada, sino de nuevo comienzo. Pero incluso si el espíritu sigue alerta, el cuerpo se resiente con los años que pasan. Cuando nacemos con una invalidez, cuando la enfermedad nos atrapa o cuando las canas se acumulan, la ciudad puede ser intimidante

Montreal, ciudad amiga de los mayores

Montreal es una buena ciudad para vivir, pero como la mayoría de los centros urbanos del mundo, ha ido creciendo solamente en función de las personas que se desplazan para trabajar. Menos mal que desde el 2008, ha habido consultas para mejorar el espacio público y los servicios para los mayores. La idea partió de la Organización Mundial de la Salud y los proyectos que se despliegan aquí hacen parte de MADA, Municipalidad Amiga de los Adultos.

Como la ciudad está dividida en jurisdicciones, las iniciativas son diferentes, pero hay buenos ejemplos que se han desarrollado como la “navette de l’âge d’or”, el tiempo más largo en los semáforos en algunas intersecciones, así como bancas y circuitos peatonales seguros en algunas calles comerciales.

Compartir o descubrir nuevas pasiones

Para los jubilados o los abuelos en visita, Montreal ofrece muchos centros comunitarios, solo falta darse una vueltica por Internet y buscar en el sitio de la AQCCA, el repertorio de miembros ¡25 centros solamente en Montreal! Las actividades las hay para todos los gustos y presupuestos, solo hay que dar el primer paso y atreverse a ir de visita. Lo interesante, es que además de divertirse, uno puede tener acceso a informaciones y servicios adaptados para la clientela mayor.

Para los apasionados de la cultura y el arte, hay que asomarse por el Museo de Bellas Artes. Los jueves las visitas y las actividades son gratuitas para las personas de 65 años y más. Además, se pueden encontrar espectáculos gratuitos o bien baratos en las bibliotecas y casa de la cultura de toda la isla.

La invitación es para arriesgarse, incluso en invierno, a recorrer la ciudad como podamos y hacer uso de los servicios que están a nuestra disposición. Es esta nuestra ciudad ahora.

Al final, queda recordar a Octavio Paz, el gran escritor mexicano del verso del principio:

Hablo de nuestra historia pública y de nuestra historia secreta, la tuya y la mía

Hablo de la selva de piedra, el desierto del profeta, el hormiguero de almas, la congregación de tribus, la casa de los espejos, el laberinto de ecos

Hablo del gran rumor que viene del fondo de los tiempos…!