Salvadoreños: lazos solidarios desde Montreal

Yensy Ortiz

Construir los sueños de un grupo de 15 jóvenes salvadoreños, residentes en su país de origen, es el objetivo que se ha fijado el Comité Ciudadano de Salvadoreños en Montreal junto al Consulado general en esta ciudad.

Aunque parezca contracorriente, cuando todas las miradas apuntan al norte, surgen iniciativas como el apadrinamiento de  cinco proyectos productivos en diferentes cantones y caseríos al norte de El Salvador con los que se busca detener el abandono de la patria.

“Son jóvenes de un grupo demográfico altamente vulnerable para migrar de forma indocumentada. Los proyectos son para ayudar a estos muchachos y crearles condiciones para reducir su interés de salir del país”, explica la cónsul general, Verónica Pichinte

Los emprendedores son adolescentes residentes en el cantón Río grande de Cardoza y caserío los Hernández, en Tejutla, asimismo en los cantones Potrero Sula y cantón Chilamates, en Nueva Concepción, Chalatenango. Uno de los departamentos más afectados durante el pasado conflicto armado (1980-1992).

El monto total para financiar el cúmulo de proyectos asciende a $ 5,661.27 (USD), de los que hasta el momento se han reunido $4,264.09 mediante diferentes actividades como una fiesta solidaria efectuada el pasado 31 de enero, la colocación de alcancías en diferentes lugares así como a través de bonos de donación.

Pichinte dice que con la iniciativa se pretende romper con el asistencialismo, que por años ha caracterizado a la ayuda que compatriotas han brindado desde el exterior “la única forma de causar un impacto positivo en nuestro país es creando condiciones para nuestra gente. Creemos que se puede hacer mucho más si les damos las condiciones para que por ellos mismos puedan cambiar su modo de vida”.

Los jóvenes sueñan en grande. Uno de ellos es Esaú Hércules, de la iniciativa Azul de Nuestra Sangre, quien elabora prendas tinturadas con añil (xiquilite). “Una de mis más grandes proyecciones es poder exportar mi producto, darlos a conocer no solamente en nuestro país”, expresó a Lente Comunitario, otro proyecto integrado por jóvenes quienes realizan videos locales.

El resto de los proyectos lo constituyen La Granja, El Gran Pollo, las panaderitas, Jóvenes Haciendo la Diferencia, quienes producen hortalizas orgánicas, y Emprendedores de Cardoza, que elaboran abono orgánico con miras a comercializar entre el sector agrícola.

La cónsul afirma que “es la primera vez que se tiene el abordaje de proyectos productivos tomados para darle continuidad a través de salvadoreños en el exterior”. La funcionaria dice que “la idea es que los salvadoreños en el exterior se conviertan en socios, que sean sus posibles clientes para comercializar los productos afuera”.

La comunidad residente en Montreal se ha comprometido a continuar el  apadrinamiento de similares iniciativas en el futuro, para dar un empuje económico a los nuevos emprendedores y evitar que salgan del país exponiéndose a los riesgos de migrar de forma indocumentada.

Para concluir la recaudación del monto propuesto, el Comité Ciudadano de Salvadoreños en el Exterior y el consulado, realizaron el 1 de marzo un brunch en el Centro Scalabrini, ubicado en la calle Sauriol, donde se servió parte de la gastronomía salvadoreña.